viernes, 30 de noviembre de 2007

HISTORIA: LA TRISTE VIDA DE UN PERRITO

Una semana: Hoy hace una semana que he nacido. Qué alegría haber llegado a este mundo.
Un mes: Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.
Dos meses: Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba muy inquieta y con sus ojos me dijo adiós. Espero que mi nueva familia humana me cuide tan bien como ella me ha dicho que harán.
Cuatro meses: He crecido rápido, y todo me llama la atención. Hay varios niños en la casa que para mí son como hermanitos. Somos todos muy inquietos, ellos me tiran del rabito y yo les mordisqueo jugando. Nos divertimos mucho.
Cinco meses: Hoy me regañaron. Mi ama se molestó porque me hice pipí dentro de casa, pero nunca me habían dicho dónde hacerlo. Además duermo en un cuartito...y ¡ya no aguantaba más!
Ocho meses: Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar, y me siento tan seguro, tan protegido...Mi familia humana me quiere y me deja hacer muchas cosas. Cuando están comiendo yo les pido algo y siempre me lo dan. Y el jardín de casa es estupendo, y puedo escarbar como mis antepasados los lobos, escondiendo la comida. Creo que nunca hago nada mal porque nunca me dicen nada...
Doce meses: Hoy cumplí un año. ¡Soy un perro adulto! Mis amos dicen que crecí más de lo que ellos pensaban. Seguro que se sienten orgullosos de mí...
Trece meses: Que mal me sentí hoy. Mi hermanito, uno de los niños, me quitó la pelotita. ¡Yo nunca le quito sus juguetes! Así que se la quité, pero mis mandíbulas se han hecho fuertes y le hice daño sin querer. El gritó y lloró y yo me sentí muy triste. Después del susto me encadenaron casi sin poder moverme. Hacía mucho sol y tenía mucho calor y no había agua cerca...Y les oí decir que iban a tenerme en observación o algo así, y que soy un desagradecido. No entiendo nada.
Quince meses: Ya nada es igual. Vivo en la azotea y me siento muy solo. No se por qué mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed, y cuando llueve no tengo ningún techo para cobijarme.
Dieciséis meses: Hoy me bajaron de la azotea. Me puse muy contento de que me perdonaran, y daba saltos de gusto, y movía el rabito como nunca. ¡Y además me van a llevar de paseo! Subí al auto y espere a ver a dónde me llevan, tengo muchas ganas de correr y jugar con mi familia. Paramos, abrieron la puerta y yo me bajé feliz. Estábamos en la carretera, al lado de un campo y pensé que pasaríamos un día estupendo. No entiendo por qué cerraron la puerta y se fueron. ¡Esperen se olvidan de mí!, les grité, ¡no me abandonen por favor, no me dejen, yo los amo son mi familia! Corrí detrás del auto con todas mis fuerzas, muy angustiado, iba viendo que no podría alcanzarles, que no podía correr más y el auto se iba haciendo pequeñito. Me habían abandonado.
Diecisiete meses: He intentado encontrar el camino para volver a casa y no lo he conseguido. Estoy perdido. A veces me encuentro con gente buena que me mira triste y me da algo de comer. Yo les doy las gracias con la mirada, y les digo que querría que me adoptaran, que les prometo ser leal como nadie...pero sólo dicen "pobre perrito, se debe haber perdido". Y se van y me dejan sólo otra vez.
Dieciocho meses: Es otro día pasé por un colegio y vi a muchos niños como mis antiguos hermanitos. Me acerqué y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia de piedras, "a ver quien tiene mejor puntería", decían. Una de las piedras me dio en un ojo y ya no veo con él.
Diecinueve meses: Ahora ya no se me acerca casi nadie, creo que es porque ya no soy un perro bonito. Estoy muy flaco, perdí mi ojo, tengo alguna herida de algún perro más fuerte que me mordió cuando intentaba comer y hace mucho que nadie me cepilla el pelo. La gente no me acaricia. Últimamente lo que abundan son los escobazos que me dan cuando intento dormir un poco a la sombra de alguna de sus casas.
Veinte meses: Casi no puedo moverme. Hoy intenté cruzar la calle por donde pasan coches y uno me atropelló. Aunque yo creo que estaba en un lugar seguro...y no olvidaré la mirada de satisfacción del conductor que hasta se ladeó con tal de darme...Si me hubiera matado...pero que va, sólo me dislocó la cadera y el dolor es horrible. Mis patas traseras no se movían, así que con mucha dificultad me arrastré hacia el borde del camino, donde había un poco de hierba.
Llevo diez días bajo el sol, la lluvia y el frío, sin comer. Ya no me puedo mover nada, el dolor es insoportable. Me siento muy mal, cuando llovió se hizo un charco donde yo estaba y como no podía moverme estuve mojado muchísimo tiempo, y creo que mi pelo se está cayendo. Alguna gente pasa sin verme, otros me dicen "no te acerques" ¡pero si no puedo ni moverme!
Ya casi estoy inconsciente, pero una fuerza extraña me hizo abrir los ojos. Una mujer muy dulce me decía "pobre perrito, cómo te han dejado". Junto a ella venía un señor de bata blanca, que empezó a tocarme y dijo "lo siento señora, pero esto ya no tiene solución, es mejor que deje de sufrir". A la señora se le saltaron las lágrimas y asintió, y como pude, moví el rabito agradeciéndole que me ayudara a descansar. Sentí un pinchazo de la inyección y me dormí mientras ella me acariciaba la cabeza, pensando porqué tuve que nacer si nadie me quería.
ELLOS NUNCA LO HARIAN SI FUERAN TU.
NO LOS ABANDONES
NO LO MERECEN

Fuente: Amigos Fieles



martes, 27 de noviembre de 2007

TUS AMIGOS CANINOS TE PIDEN

DAME, sobretodo tu cariño: lo necesito más que cualquier otra cosa.
PROPORCIONAME buena alimentación, basta un plato abundante dos veces al día, nunca debe faltarme el agua.
PERMÍTEME hacer ejercicio: necesito correr porque, como tú sabes desciendo del lobo, por eso tenme en un amplio patio o llévame a donde pueda jugar sin peligro.
ARREGLAME un lugar abrigado para dormir, me gusta tener mi casa donde pueda recogerme cuando llueve o hace frío.
NO ME DEJES nunca en la calle, no quiero morir ni bajo las ruedas de un coche, ni sobre la mesa de experimentación de un laboratorio.
CUIDA mi salud, llévame al veterinario cuando me notes dolorido, resfriado o triste, vacúname contra la rabia y contra el moquillo, necesito bañarme una vez al mes cepillarme si mi pelo es largo y cada 4 meses una desparacitacioón completa interna y externa.
NO ME TENGAS amarrado, si tienes que hacerlo, suéltame con frecuencia, si no puedes soltarme, colócame una "cadena corredera" sobre un alambre grueso y largo, tendido entre dos árboles o postes.
ENSEÑAME a obedecerte y ayudarte, me gusta aprender y demostrarte mi inteligencia, pero hazlo con paciencia y cariño, nunca con golpes o a gritos.
TRÁTAME con justicia, no descargues en mí tu mal genio ni me hagas pagar culpas ajenas, trata de comprenderme, aunque a veces te cueste, no olvides que "TU" eres el ser "racional"...
10º NO ME ABANDONES jamás, sé tan leal conmigo como yo lo soy contigo, si algún motivo insuperable te obliga a separarte de mí, prefiero que me hagas dormir para siempre, sin que yo lo sepa antes de dejarme en manos de extraños o echarme a la calle.


Fuente: Amigos Fieles

viernes, 9 de noviembre de 2007

PROTECCIÓN CANINA

La desprotección canina, se está volviendo, un grave problema actual. Los derechos de los perros, cada día tienen mayor importancia, crear conciencia en la sociedad sobre esto, difundir las leyes y denunciar los maltratos de los que son víctimas nuestras mascotitas. Informarnos de laboratorios que experimentan con animales y no comprar sus productos. Tenemos que luchar por los que son indefensos.
El problema es la irresponsabilidad
En un mundo perfecto los animales vivirían en libertad: criando y siguiendo sus insitintos naturales. Sin embargo, perros y gatos no pueden sobrevivir sin nuestra ayuda, por lo que debemos cuidar al máximo. Un gesto tan simple como adoptar a un perro, de un refugio o protectora hace la diferencia entra la vida o la muerte para esos animales. Es también muy importante que dejemos de reproducir a los animales, pues de esa manera se controla la sobrepoblación y el abandono.
La triste realidad es que no todo el mundo ama a los animales. Cientos de animales son encontrados golpeados, hambrientos y enfermos; camadas de cachorritos y gatitos son rescatados de cajas cerradas con cinta al costado de la carretera, o de bolsas cerradas herméticamente que son arrojadas en la basura; perros abandonados porque "ladran mucho", o porque están viejos, o porque la familia se está mudando.
Aún las personas que se preocupan por los animales muchas veces no saben reconocer o cumplir con muchas de sus necesidades. Los animales domésticos no pueden sobrevivir por sus propios medios, y sin embargo mantienen muchos de sus instintos básicos e impulsos. Por lo general, no realizan actividades naturales: por razones de seguridad, se los encierra en una casa o patio trasero, siempre dependiendo de sus dueños hasta para tomar un trago de agua, para conseguir alimento o para relacionarse con miembros de su especie.
Mientras la gente trate a los caninos como juguetes, propiedades y objetos, y no como individuos que tienen sentimientos, familias y amigos, el descuido y abuso generalizado continuarán.

Fuente: Pae Protección Animal Ecuador